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Marionetas Las marionetas
Finalmente, este repaso a vista de pájaro por los diferentes géneros de teatro japonés no estaría completo sin mencionar el bunraku o teatro de marionetas: unas marionetas ataviadas con trajes similares a los actores de nō o de kabuki que, a través de sus graciosos movimientos, nos cuentan historias similares a las de esos dos géneros. Asimismo, las representaciones se acompañan de música instrumental tradicional.


Para manejar las marionetas de bunraku pueden llegar a ser necesarias hasta tres personas

Las marionetas miden alrededor de un metro de altura y para manejar a una se pueden llegar a necesitar hasta tres personas, cada una de las cuales controla el movimiento de una parte. Estas personas se visten de negro de la cabeza a los pies para pasar desapercibidos.

¿Sabías que...
...las mujeres también tienen algo (¡mucho!) que decir?
Porque si hay teatro exclusivamente para actores hombres, también lo hay exclusivamente para mujeres. Y si no, echad un vistazo a la famosa compañía de teatro de Takarazuka (prefectura de Hyōgo), peculiar donde las haya. ¿A quién se le ocurriría ponerse un lema como “Pureza, sinceridad y hermosura” para fomentar la figura de la devota esposa y madre? Un escándalo. Casi tanto como el maquillaje que llevan. Y sin embargo, la compañía Takarazuka goza de un prestigio sin par y cada año miles de estudiantes compiten por ser una de las 40 nuevas seleccionadas para empezar su formación en la compañía. Si demuestran tener talento, permanecerán en ella como profesionales y esperarán que una de las veteranas se retire a los 57 años para debutar en el escenario. A las mejores actrices de cada promoción se les adjudican los papeles masculinos.

Actualmente la compañía actúa en dos teatros: el tradicional, en la ciudad de Takarazuka y uno de reciente apertura (2001) en la capital, Tokio, emplazado en el lujoso barrio de Ginza. Las fans (mujeres, en su mayoría) se desviven por asistir a todos los estrenos e idolatran a sus actrices favoritas: todos los días, a la hora que empieza el ensayo, hileras de hormigas se desplazan nerviosas de la estación al teatro siguiendo, a una distancia prudente, a una de estas actrices - la hormiga reina.

El bunraku, como el kyōgen, se originó en Kansai en 1684, cuando Takemoto Gidayu abrió su teatro en Osaka y llegó a Tokio (entonces, Edo) a mediados del siglo siguiente. Tras más de cien años de declive, el bunraku está empezando a popularizarse de nuevo en nuestros días gracias a famosos marionetistas como Tamao Yoshida o Minosuke Yoshida.

teatro de la risa

teatro de la risa El teatro de la risa
El kyōgen es el teatro cómico tradicional que sirve de contrapeso al nō, si bien ambos tienen mucho en común y, a menudo, los mismos actores cómicos de kyōgen actúan en obras de nō y viceversa. En el caso del kyōgen, sin embargo, se enfatiza el diálogo por encima de la música: un diálogo que recitan modulando la voz de manera exagerada (nada que ver con el soporífero tono del kabuki y el nō), ante lo que el espectador primerizo apenas puede ahogar la risa.


Especialmente divertido por los cambios de voz de los actores y las locas historias que cuentan: kyōgen

Además del tradicional kyōgen, existen dos géneros cómicos en la actualidad también dignos de mención: son el rakugo y el manzai, a menudo representados en los teatros de variedades llamados yose.

El manzai se basa en los diálogos tronchantes que sostienen los dos (a veces tres) protagonistas en escena. A estos cómicos se les llama manzaishi y, entre el listo (tsukkomi) y el tonto (boke), arrancan la sonrisa a cualquiera. Para ello utilizan todas sus armas: diálogo, tono de voz, expresión de cara, gestos descabellados, tortazos. Muchas familias van a ver manzai durante los tres días festivos de Año Nuevo y, si jamás tienes la oportunidad, buenos lugares para hacerlo son los teatros Grand Kagetsu, Nichōme o Naniwa-za, todos ellos en Osaka, donde actúan algunos de los mejores actores de manzai del país. Este tipo de humor, algo simplista y muy cotidiano, casa a la perfección con el carácter desenfadado de la gente de la zona de Kansai.


Los monólogos de rakugo, como nuestros cómicos de siempre

El rakugo, por su parte, se basa en monólogos cómicos cuyos orígenes se remontan al s. XVII. Los profesionales se visten con el tradicional kimono y se sientan de rodillas (zazen) sobre pequeños cojines en el escenario. Dicen que llegar a actor de rakugo requiere años de preparación junto a un profesional. Entre otras habilidades, el actor de rakugo aprende a cambiar la voz según el personaje al que interpreta y a manejar el abanico y otros instrumentos con los que amenizar sus historias.

Teatro No

Teatro No El teatro nō

Algunas muestras de máscaras de teatro nō: las hay para todos los géneros y edades.
Pero hay un tipo de teatro todavía más antiguo que el kabuki: el teatro nō. Las primeras representaciones de nō datan del s. XIV y, en sus orígenes, estaban dirigidas a las clases sociales nobles. Otros rasgos distintivos del teatro nō son las máscaras que cubren el rostro de los actores y el escenario en el que actúan, generalmente en el exterior, una estructura muy simple que consta de un techo sobre cuatro columnas y que, a menudo, se encuentra en los terrenos de un templo sintoísta. En el teatro nō se combinan la danza, el drama, la poesía y la música, y esta última adquiere especial relevancia: el coro y los instrumentos tradicionales cobran casi tanto protagonismo como el mismísimo diálogo.

Como en kabuki, los actores hablan en un tono mortalmente monótono que reta al sopor. Y también como en kabuki, la mayoría de actores sobre el escenario son hombres, profesionales de la interpretación que, en muchas ocasiones, se dedican a este arte siguiendo la tradición familiar.

El nō y el kabuki son, al menos una vez, cita obligada para los amantes de la cultura tradicional japonesa: una inmersión profunda en la expresión antigua de esta sociedad que se manifiesta a través de los gestos, las palabras, los silencios y la música. Sin embargo, no nos engañemos: difícilmente podrían ser llamadas “divertidas”. Por eso se han venido desarrollando, desde hace varios siglos, otros tipos de representaciones escénicas.

teatro Kabuki

teatro Kabuki El kabuki
Tal vez el más conocido en occidente por los trajes coloridos y ostentosos que visten sus, por otro lado, exageradamente maquillados personajes, el kabuki se originó en el período Edo (1603-1868) como teatro popular, el de la gente de a pie. No en vano, las representaciones de kabuki tratan de temas atractivos para todos los públicos, las relaciones humanas (a menudo, el amor) o acontecimientos históricos conocidos por todos.


El extravagante maquillaje de los actores de kabuki siempre ha fascinado a los pintores

Sin embargo, el kabuki que tan popular era en sus inicios, tiene ahora una audiencia más selecta (tal vez contribuya el precio, entre los 2.520 y los 16.800 yenes una localidad en el Kabuki-za, uno de los más célebres de Tokio, en el barrio de Ginza). Si hablas japonés y asistes a una representación de kabuki, no te extrañe salir del teatro con la sensación de que o bien has olvidado todo lo aprendido, o bien los actores hablaban un idioma distinto y nadie te avisó: el lenguaje utilizado en las obras de kabuki es tan arcaico (y el tono en el que hablan, tan monótono) que incluso los japoneses tienen dificultades para entenderlo lo suficiente como para seguir el hilo argumental. El diálogo se ameniza con acordes de instrumentos tradicionales entre los que se encuentran el shamisen y el koto (ver Nihon kara 25). Los actores, desde que el shōgun Tokunaga prohibiera actuar a las mujeres y hasta nuestros días, son exclusivamente hombres. Por ello, algunos se especializan en papeles femeninos (onnagata) lo que no deja de añadirle curiosidad a la visita.

El escenario de kabuki es una plataforma rotatoria que cuenta, además, con elevadores y escaleras camufladas por los que aparecen y desaparecen los personajes. Además, el escenario se prolonga en un largo pasadizo llamado hanamichi que lleva directamente a la audiencia. De este modo, el público vive mucho más de cerca la acción de los personajes.